sábado, 12 de noviembre de 2016

Quisiera tener la cabeza llena de pájaros, pichones piando, sus peladas cabecitas hambrientas buscando a la madre ausente que se eleva, deambula, las alas anchas como la pollera del aire que, en la madrugada, pinta de un tinte sangriento la escena;
pájaros amarillo pálido como canarios enjaulados que sólo piensan en salir salir y luego se van acostumbrando y eso es Lo triste. Es La derrota. Azules pájaros como el mar cuando está en calma y la espuma parece sólo una pequeña línea sobria de encaje añadida en un ataque de buen gusto, a último momento, antes de salir para el casamiento, y tan felices todos porque es un día de casamiento nada menos, confites, arroz, y los que no van no están felices, pero mejor piensan los otros, así lo asumen, tienen criterio de realidad; pájaros revoloteando nadando arrastrándose revolcándose en mi cabeza en disparatada bandada, o emigrando disciplinadamente hacia el verano tan maravillosamente alineados; pájaros en mi cabeza quisiera tener, chillones muy chillones pero otras veces no, otras veces patéticos pájaros de ópera trágica, o de voces perfectas como cántaros vacíos o como las voces de los ángeles de la guarda de los niños varones. Susurros, payasadas de pájaros, sus bellas volteretas a lo Chagall, ay, cómo quisiera tenerlas en mi cabeza; y una selva espesa en la que puedan fingirse inexistentes no sea que alguien levante una ceja y qué se yo, dictamine decrete diagnostique eso es de lo que no se debe y no se puede hablar pero que algunos inevitablemente comentan a nuestras espaldas; locura se llama- la abuela lo ha dicho así- dice un niño y es gracioso, porque los niños dicen siempre la verdad y lo que no deben, así que todos nos reímos a carcajadas; pájaros graznando como los cuervos de Van Gogh, puedo oírlos, pintados como están y sin embargo me aturden, pero en la cabeza por ahí conviene que moren, es catártico me dicta una vocecita doctoral de pajarraco sabio. Pájaros quiero, un águila honorable llegando sin dificultad ni vacilación ninguna a la cumbre más alta, una odisea ha hecho y ¿por qué? porque es un águila nada menos, y quiero un picaflor, tan ausente siempre de mis pensamientos en la gran ciudad que como consecuencia es un hueco más permanente más flor aún que todo lo detestable que sí existe. Pájaros, que vuelen de un lado al otro: del hemisferio izquierdo al hemisferio derecho, y alrededor: un vacío. Una Nada. Todo el resto del cerebro una ausencia, vertiginosa, abismal. La pajarera por ende vacía de palabras como o del estilo de notificaciones, visas, cuentas por pagar, alquiler, débito automático, consorcio, ojeras, arrugas, soledad, la de adentro, conveniente, o la de afuera, inconveniente; o palabras como fallecido: perro fallecido, caballo fallecido de un tiro, pariente fallecido, Dios mío, acabo de acordarme de que una vez me definieron como “pariente pobre” y yo pensé- y tenía diez años- pobre pero no de pájaros y que era bueno eso, era lo que yo quería, pájaros quisiera, me animé, me envalentoné, y ni una roja baldosita del cerebroterraza quería libre de ellos. Todo pájaros: pájaro halcón, pájaro golondrina -me puse a nombrarlos, y tenía diez años- pájaro cotorra, ruiseñor, gorrioncito, paloma, aguilucho, cóndor, gaviota, alondra.

                                                    Josefina Trebucq

viernes, 14 de octubre de 2016





Este verde tierno después de la lluvia y el campo de amapolas que se extiende a derecha, a izquierda y más allá de lo que los ojos pueden ver . Y el lucero asomando solo en la alta noche que recién empieza a caer sobre el mundo.

Esta manera de estar, así, sin una nube, sintiendo que todo está bien, que todo es como debe ser, alegre y a la vez hondo y en algún sentido hasta vertiginoso, tan de equilibrista haciendo equilibrio graciosamente allá arriba, arriesgando la vida por lo que hay que arriesgarla pero a la vez disfrutando: la vida es bella, pasito a paso, la vida es bella, pasito, vuelta, pasito.  Y el aroma dulzón y ácido de jazmines triunfando, incluso sobre los malos pensamientos. Sos vos. Todo eso                                                                           sos vos. Para mí. Pasito. Vuelta.
                                    
                                                                                                             Josefina Trebucq


miércoles, 12 de octubre de 2016

                                             

                                              Guadalupe

                                      Mi querida,
                                      detenida y veloz.
                                      Vértigo y pradera desatados.
                                 
                                      Ángel que me ha curado,
                                      de toda herida antigua.

                                      Arañita tejedora
                                      de red por estrenarse.

                                      Mi equilibrista.
                                      Tan luz,
                                      tan lu,
                                      tan mía.

                                      Corazón que va a tener
                                      que rodearse de murallas
                                      para que no lo arrasen.

                                      Hija que se ha ido demasiado pronto, lejos.

                                      Rara
                                      y porque sí,
                                      porque las flores son,
                                      sencillamente,
                                      flor blanca.
                                                                     Josefina Trebucq
   

                           

viernes, 30 de septiembre de 2016

El trapecista

 Pico y garras, con pudor de extranjero
oculta debajo de la bufanda y los zapatos .
Pero ¿ quién entre los mortales ha sopesado
con tanta exactitud la suma de sus huesos, 
sabe como él que hay que pisar con agradecimiento
la tierra, alegrarse de cada paso dado ?
¿Y quién en un igual confía tan acabadamente ?
Ha probado la luz .Elegido
su ambigüedad y su vértigo  .
Pájaro que no se cree ni por un instante pájaro .

Esforzado señor de las alturas. 
                                                  JOSEFINA TREBUCQ
                                            CHAGALL    "EL CIRCO AZUL"                                                          
Caza de brujas


Mujer bella, tenue, inoportuna . La han visto levitar,  
transformarse en cetro, abanico, ruiseñor . Paloma .
Las formas en las que se disfraza el deseo son múltiples,
difíciles de acallar .
Y entre estos altos muros, escuálidas conversaciones,
el sol senil de agosto que no alcanza siquiera las baldosas,
la ciudad desde hace ya tanto sitiada,
la hambruna general, a qué arriesgarnos .
Podría subvertirse el orden de lo real ,
cundir esa ponzoña destructora de imperios          
de trocar hechos por imaginería .



jueves, 29 de septiembre de 2016

Hermanas


Risas frente al espejo,
cintas para el pelo y camisones.
Canciones que nos cantamos
para consolarnos de los celos
que nos tenemos,
tantas cosas pegajosas
que nos afligen,
nos hacen sentir sucias y a oscuras.
Hasta que viene la madre
y todo vuelve a estar bien.
La luna se asoma por la ventana
que ella abre de par en par,
mientras después del beso de las buenas noches
las cabecitas se nos hunden en las almohadas,
y los queridos pasos empiezan
a alejarse, inconfundibles,
por la galería.
         Josefina Trebucq



Hermanas


Risas frente al espejo,
cintas para el pelo y camisones.
Canciones que nos cantamos
para consolarnos de los celos
que nos tenemos,
tantas cosas pegajosas
que nos afligen,
nos hacen sentir sucias y a oscuras.
Hasta que viene la madre
y todo vuelve a estar bien.
La luna se asoma por la ventana
que ella abre de par en par,
mientras después del beso de las buenas noches
las cabecitas se nos hunden en las almohadas,
y los queridos pasos empiezan
a alejarse, inconfundibles,
por la galería.
         Josefina Trebucq





La soñadora
(para Olivia)


En camisón
y subida a los tacos de mamá,
Olivia emprende en las noches
con los ojos cerrados,
un viaje lleno de desafíos
y sobresaltos.

Adora los desiertos
los oasis, los viajes en camello.

El mar muerto le parece un sitio
al que no deben ir los niños.

Escalar el Aconcagua la cansa
(los que hacen cumbre
le producen envidia. Malos sentimientos).

En cuanto a la velocidad, eso es lo suyo:
vuelos, unicornios, hombres enmascarados y con alas.




Viajante diminuta y extenuada,
alta de alma,
noctámbula poeta

yo te cuido, desde mi propio sueño
agitado.
                      Josefina Trebucq







Complicidad   
(Para Trini)


Con sus dos años
y el hermanito nuevo a cuestas,
Trini se ha acostado en su cama cuna
con la tijera de mamá oculta
bajo la almohada.

La niña más feliz de la tierra
se corta rubios mechones de flequillo.

¿Siente oscuramente que algo que estaba intacto se ha estropeado?

Metida bajo mi sábana, Trini,
yo también lloro,
por todo lo que no entiendo,
desde que dejé de ser
la niña más feliz de la tierra.
            
                Josefina Trebucq

                                            

                 

   La desvalida
       (canción)

Mi canción, desvalida niña en la noche,
huye en coche de nubes. Que pasan.
Tristona como árbol que se deshoja.
Como hoja que no sabe. Que cae.

Anda callada como si no quisiera
decir lo que le han dicho que nos dijera.
Mi canción se resiste a todo mandato.
No entra, en tratos.

Se ha comprado un vestido rojo violento.
Jura que está contenta, parece cierto.
Mi canción como es ya casi adolescente.
No piensa: siente.
                                   Josefina Trebucq





La soledad es caerse adentro del aljibe
   (Canción)

La soledad es caerse adentro del aljibe.
Pasa la luna llena
pero madre no pasa a buscar agua.

Así que desespero, desespero,
Como si nunca más nadie ni nada

Peces y musgos hay y piedras blancas.
Paredes que no puedo trepar.
En este hondo desorden
Que es otro orden.

Así que desespero desespero,
como si nunca más nadie ni nada.
                          Josefina Trebucq
















                                                             
          Qué desolación de ave solitaria, la mañana es un trapo sucio que los árboles soportan tristemente.Yo busco el cordón de la vereda, los charcos, para mirarme y no seguir tan desorientada. No hay espejos, los espejos envueltos en la niebla no me devuelven nada. Nadie se refleja en ellos. La soledad me asusta. Necesito recurrir a la memoria para verme de cuerpo entero, pero a veces, también la memoria me falla. Por ejemplo: ¿qué altura, que largo de pelo, brazos pegados o no pegados a los hombros-tenía yo? Y ni hablar de la ropa. De adolescente  solía amar las capelinas, una cinta de raso, vestidos livianos como enaguas. Pero ahora creo que arrastro un manto. Lo que no sé es qué significa puesto que no llevo  corona en la cabeza. O a lo mejor las flores se pusieron mustias .Tampoco ellas, las flores,  llevan las vestiduras de antaño. En días, pocos, han cambiado tanto que me dejan sin habla. Son como fotos en blanco y negro. Y fuera de foco.
Estoy desvaneciéndome, qué tristeza, Dios mío,  muriéndome de a poco esta mañana.
                                          Josefina Trebucq



  De Michael Pochet, pintor belga:







                                                                                                                                                                             

Querría escribir sobre la compasión.
Vaso de cristal finísimo
flor que se contempla
en el agua del vaso.

Su sonido orada el silencio nocturno,
no se parece a ningún otro
triunfa sobre el murmullo
de todo   lo que vive,
las pequeñas vidas
con sus problemas
grandes como montañas
pero que nadie nota, nadie ve.
                                                                   

                        Josefina Trebucq
                                                    "Cantaba  fragmentos de viejas tonadas, mientras
                                                                         cargados de agua, sus vestidos,  la arrastraban
                                                                         a  la  muerte ".
                                                              William Shakespeare, Hamlet

No por un hombre.
Ni porque la verdad nos exija la vida.
La verdad templa, al mismo tiempo, Ofelia .          
Y ni siquiera por fragilidad o demencia
adolescente.
Acaso el agua, su abrazo materno y sin preguntas,
porque el universo entero
era brutal, desaforada, escrupulosamente masculino
en Dinamarca.
                                         Josefina Trebucq

miércoles, 28 de septiembre de 2016

El prófugo

Tuve que irme. Con lo puesto.
Adentro de esa campana de cristal
lograban hacer de mí dedos escuálidos,
tristeza octogenaria.
No me quedaba nada
de ave zancuda,
ni de abeja, ni de mariposa.
Nada.

Josefina Trebucq


      Valijas
Hombres  jóvenes pasan llevando un ataúd.
Necesito un par de guantes finos, una cala, un tapado raído.
El hábito hace al monje,
y hay tanta incertidumbre
tanta belleza ajada, olor a mañana invernal,
a cementerio en una cala .

Hemos pedido que fuera sólo un sueño
pero no se nos ha escuchado.

Cala en el fondo de la valija,
guantes de encaje por si hiela.
Negros, con botoncitos, hasta el codo.

Basta estirar levemente una mano
para estar en una clara habitación .
Hotel, terraza al mar, café lleno de humo.

No tiene sentido volver.
Nadie en casa,
en lo que era mi casa.



martes, 27 de septiembre de 2016

                                                    Novela de amor que intenta soslayar
                                                   los lugares comunes,en la que la pasión
                                                   y el erotismo son como un fuego dentro
                                                   de otro fuego: el de la suprema aventura
                                                      de dar la vida los unos por los otros.
                                                       (Pedila a "Ciudad Nueva Editorial" y
                                                                         te la envían).
                                                       
                                                       Dirección: Lezica 4358 - C1202AAJ -
                                                       Ciudad de Buenos Aires
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                                                       info@ciudadnueva.org.ar
                                   
                                                     
                                                         "Que me muero de amores"
                                               Con Silvia en "La Manzana de las Luces"
   Crueldades de la vida onírica

  Despierta en medio de la noche:
  en su sueño,
  acaba de irse un barco.
  Había bellas muchachas con valijas,
  un amigo acodado en la cubierta.
  Llora porque no la llevan,
  mientras la nave acaba de desvanecerse
  en las veloces aguas de la memoria.

                              Josefina Trebucq


 Alguien se asoma:
un ojo en la mirilla de la puerta
o de la cámara que filma
el leve gracioso balanceo de ella;  la sorpresa de él, ojos de luz.
Gestos apenas, que de inmediato ya han comenzado a desvanecerse.

Sin embargo, y de manera feroz e ineludible,
(puñalada
al corazón,
mazazo en la nuca), comprendemos:  
nada es fugaz.

Todo permanece.

Hasta el ciego impulso, retenido a último momento, de rozar otros labios; el leve abrazo de perdón al fin negado. Permanece.

Lo que no sabemos aún es cómo transladarnos a ese universo paralelo.
O corazón del corazón del mundo.

Qué peligro los dientes apretados de rabia.   

En la tarde, con su estilo  soleado
juegan los  niños y sus ángeles de la guarda.

                                                       Josefina Trebucq

                      Artista adolescente

Cuando todo se vuelve un negro desconcierto,
un sobretodo negro, un paisaje que nos queda
grande.
Y es como una penuria estar con los ojos hinchados
y el ruedo descocido en medio de la gente.
Y nos sentamos lejos, para que no nos miren, o a ver si nos miran.

Pero hay un descontrol de platos sucios
y vasos olvidados.
Y en un portarretratos viejo una foto
de cuándo éramos chicos.

Yo me he sentido así.
Cómo decirte y que me creas,
que me he sentido así, como vos hoy:
Adolescente y desahuciada.

Y que ya sé que en estas privadas circunstancias
las madres sobran.

Pero ha sido lindo igual
abrazarte al pasar.

Y sentir que la vida no te parece ahora,
o te parece un poco menos
feroz e irreparable.


                      Josefina Trebucq