jueves, 29 de septiembre de 2016

Hermanas


Risas frente al espejo,
cintas para el pelo y camisones.
Canciones que nos cantamos
para consolarnos de los celos
que nos tenemos,
tantas cosas pegajosas
que nos afligen,
nos hacen sentir sucias y a oscuras.
Hasta que viene la madre
y todo vuelve a estar bien.
La luna se asoma por la ventana
que ella abre de par en par,
mientras después del beso de las buenas noches
las cabecitas se nos hunden en las almohadas,
y los queridos pasos empiezan
a alejarse, inconfundibles,
por la galería.
         Josefina Trebucq



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