Este
verde tierno después de la lluvia y el campo de amapolas que se
extiende a derecha, a izquierda y más allá de lo que los ojos pueden ver . Y el
lucero asomando solo en la alta noche que recién empieza a caer sobre el mundo.
Esta manera de estar, así, sin una nube,
sintiendo que todo está bien, que todo es como debe ser, alegre y a la vez
hondo y en algún sentido hasta vertiginoso, tan de equilibrista haciendo
equilibrio graciosamente allá arriba, arriesgando la vida por lo que hay que
arriesgarla pero a la vez disfrutando: la vida es bella, pasito a paso, la vida
es bella, pasito, vuelta, pasito. Y el
aroma dulzón y ácido de jazmines triunfando, incluso sobre los malos
pensamientos. Sos vos. Todo eso sos vos. Para mí. Pasito. Vuelta.
Josefina Trebucq
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